Guatemala, 23 de Octubre del 2013
¡Pero qué ridículo hacemos, como país, ante el mundo!
Sólo en Guatemala, los funcionarios se dan a la tarea de colocar al país en el peor de los ridículos ante el mundo entero. Por una parte, el propio Presidente de la República afirma que “Estamos sufriendo, al igual que los mexicanos, al ver que la selección de México todavía no está en el mundial”. Por otra parte, cuando ya se creía que empezaban a verse algunos visos de justicia e institucionalidad en el país, suceden estas cosas que parecieran sacadas de un libro de historia antigua. Ahora resulta que Ríos Montt puede ser considerado absuelto. Sólo aquí se llora en público por una selección de fútbol de otro país, mientras se trata de absolver a los asesinos locales.
La Corte de Constitucionalidad otorgó un amparo al ex General Ríos Montt por los delitos de los que con toda razón y justicia se le acusa y por los cuales recientemente fue ya juzgado, independientemente de las manipulaciones para retroceder el proceso judicial.
La misma ley a la que hace alusión el amparo otorgado por parte de la Corte de Constitucionalidad expresa que:
“La extinción de la responsabilidad penal a que se refiere esta Ley, no será aplicable a los delitos de genocidio, tortura y desaparición forzada, así como aquellos delitos que sean imprescriptibles…”
Entonces, ¿qué hace una Corte de Constitucionalidad otorgando un amparo de este tipo? ¿Qué hace una prensa manejada por el poder colocando en primeras planas la noticia como si se tratase de la absolución del genocida? No se puede dar amnistía por genocidio, tan simple como eso.
La Corte de Constitucionalidad dejó ver su oscuro rostro tras este fallo que ha emitido. Bien sabemos, todos y todas, quién manda en Guatemala. Aquí si hubo justicia. Incuestionablemente. Un 10 de Mayo se dictó un fallo que brota desde la voz misma del pueblo.
Por lo tanto, hacemos un llamado a la población, a las organizaciones y a la comunidad internacional a que no acepte estas tretas y manipulaciones de los violadores de derechos humanos a través de magistrados vendidos.
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