miércoles, 7 de enero de 2009

Libertad inmediata para los compañeros detenidos‏

Guatemala, 6 de Enero del 2009

¡Libertad para nuestros Presos Políticos!
Son personas cuyo “delito” es estar al lado de los derechos de su pueblo


En Guatemala, concretamente en Malacatán, desde el 25 de Diciembre último, 28 ciudadanos y ciudadanas guardan prisión debido a su oposición manifiesta ante las políticas públicas que el Estado impulsa en materia de servicios de energía eléctrica.

Están tras las rejas, privados de su libertad, porque tuvieron la osadía de oponerse a que sus derechos, y los de sus vecinos, fueran flagrantemente violados una vez más por una empresa extranjera, en este caso UNIÓN FENOSA, la cual cuenta con la generosa protección de las autoridades de este Gobierno, así como contó con la de los precedentes.

Reciben el trato reservado a quienes delinquen, mientras que los verdaderos delincuentes, incluidos los de cuello blanco, campean por sus fueros sin que su libertad, convertida ya en el más abusivo libertinaje, se vea amenazada en absoluto.

A nuestros hermanos y hermanas en Malacatán se les ha violado el derecho a debido proceso. No sólo se les ha privado de libertad, sino que, además, se les ha recluido en condiciones inhumanas, que sólo la intervención de la Iglesia Católica, en la persona de Monseñor Ramazzini, logró dignificar. Las autoridades pretenden, ahora, cobrarles una cifra astronómica a cambio de otorgarles su libertad.

El derecho internacional, expresado de manera concreta en un amplio conjunto de Convenios, Tratados y otros instrumentos ratificados por Guatemala, califica en calidad de preso político a aquella persona que es hecha prisionera por el Estado por razones semejantes. El Gobierno de Álvaro Colom, aún en mayor medida que los anteriores, insiste en crear de hecho la figura del preso político, del detenido de conciencia.

Son presos políticos en tanto que, con su pensamiento y con su acción, se oponen al imperio del régimen de impunidad a favor de la empresa privada por encima de los derechos del pueblo en la prestación de un servicio público esencial.

Los toman presos porque no están dispuestos a ceder sus derechos ante el agresivo embate del neoliberalismo. Están presos porque, en lo más profundo y sólido de sus conciencias, se saben dueños de derechos y se niegan a renunciar a ellos.

Y, no satisfechas con ello, las autoridades lanzan además órdenes de captura en contra de dirigentes comunitarios que también se han opuesto a que UNIÓN FENOSA haga lo que le venga en gana. Es decir, también hay, en esta triste y cada vez más ingobernable Guatemala, perseguidos políticos.

Estos hechos ponen en claro que, en la Guatemala de hoy, el ejercicio de la libertad por parte de la empresa privada prevalece sobre el de las personas. La gran corporación internacional impone su codicia desmedida, al costo que sea necesario, por encima de los derechos e intereses de la persona humana.

Una situación similar, casi idéntica, se dio meses atrás en San Juan Sacatepéquez y, más recientemente, en Coatepeque. En todos los casos, el Estado se ha lanzado a perseguir, reprimir y amedrentar al pueblo, en defensa de la sacrosanta empresa privada.

Debemos oponernos, con decisión, a un régimen de impunidad que siempre, sin excepción, deja en libertad a quien roba millones desde cargos públicos, a los grandes evasores fiscales, a quien coloca cámaras de espionaje en la propia casa del Presidente, a los de sobra conocidos zares del narcotráfico y del crimen organizado, a los autores materiales e intelectuales del genocidio. Pero que persigue con saña a quien, cansado de agotar instancias formales, lanza un grito de protesta desesperado para poder ser escuchado en sus legítimos derechos.

Desde el FNL llamamos enfáticamente a las organizaciones nacionales a cerrar filas ante estas y cualesquiera otras facetas que adopte la represión.

Instamos, además, a las organizaciones hermanas en el mundo a que expresen, por la vía que les sea posible, su repudio ante esta escalada represiva que hoy pesa sobre el pueblo de Guatemala.

No más represión. No más presos ni perseguidos políticos. Libertad inmediata para los compañeros y compañeras detenidos.

¡LA LUCHA SIGUE!

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