Guatemala, 6 de Enero del 2011
La sangre la pone el pueblo
Ayer, en horas de la tarde, nos asesinaron a otro compañero dirigente
El compañero Eswin Gálvez, médico del Hospital de Retalhuleu, afiliado al Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud y asesor de la Filial del SNTSG en Retalhuleu, llegó al frente de su casa, en San Felipe, Reu, a eso de las 2 p.m., tras hacer compras en el mercado. Al disponerse a bajar las bolsas y entrar a su vivienda, un sicario disparó en su contra, dándole muerte. El asesino subió a una motocicleta que estaba esperándolo y se dio a la fuga, perdiéndose en las calles.
Nadie puede sugerir siquiera que se trata de un hecho de delincuencia común. A nuestro compañero no le robaron nada, en absoluto. Los criminales ni siquiera hicieron el menor intento por robar ninguna de sus pertenencias. Simplemente lo esperaron y le dieron muerte, al frente de su casa.
Se trata, pues, de una acción previamente planificada, realizada con la única intención de quitarle la vida a un dirigente. Se trata, entonces, de un claro acto represivo más, en contra de quienes se colocan al frente de su pueblo en lucha por los derechos e intereses de las mayorías.
Ya es hora de que las autoridades competentes hagan algo al respecto. Requerimos, de manera enfática, la intervención de la CICIG, por cuanto solamente en la medida en que los autores materiales e intelectuales de tantos crímenes se vean enfrentados a la justicia, será posible poner un alto a la impunidad.
Desde Octubre del 2009 le hicimos entrega a la CICIG de un listado de casos de asesinatos contra dirigentes de organizaciones populares, a efectos de que se abrieran las investigaciones respectivas. Desde esa fecha, se han sumado muchos nuevos nombres de valerosos hombres y mujeres que han ofrendado sus vidas por la construcción de una Guatemala justa, digna y humana.
Esta creciente violencia contra el pueblo y sus legítimos dirigentes debe cesar de inmediato.
Los asesinos de Eswin, tanto los autores materiales como quienes ordenaron el crimen, deben saber que, por cada compañero que cae, surgen diez, cien, mil que recogen sus banderas y que, con profundo dolor pero con toda firmeza, las hacen ondear con dignidad por los caminos del pueblo.
Expresamos nuestras sinceras y profundas condolencias a la familia de nuestro compañero.
Asimismo, hacemos llegar nuestro pesar a los afiliados y afiliadas al SNTSG, miembro del FNL, organización que se ha visto agredida de una manera brutal a lo largo de los últimos meses.
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