Guatemala, 5 de Enero del 2008
En materia de Salud, las autoridades del próximo Gobierno han empezado con mala pata. Primero, fueron las desafortunadas declaraciones públicas del Vicepresidente Espada, dadas incluso antes de la primera ronda electoral, (El Periódico, 18 de Agosto del 2007), en las cuales afirma, de golpe y porrazo, que la política de salud debe “dejar la administración y equipamiento de los hospitales a consorcios privados”, es decir, que el sistema hospitalario debe privatizarse, y, para empeorar las cosas, agrega que “los nosocomios de Escuintla podrían ser administrados por los azucareros y los de Quetzaltenango y Antigua por la Licorera”. Estas afirmaciones muestran, a las claras, la intencionalidad privatizadora y anti-popular que, de cara a los servicios públicos, predominará entre las que serán nuevas autoridades del Gobierno.
Luego, días antes de la pasada Navidad, el país entero fue sorprendido con la selección que hizo el futuro Gobierno, designando al Dr. Eusebio del Cid como Ministro de Salud. Y el día 26 de diciembre del 2007 se dieron a conocer los nombres de los nuevos viceministros de Salud, siendo ellos el Dr. Salvador López, el Dr. Luwing Ovalle y el Dr. Celso Cerezo. Aparte de que es destacable el hecho de que en un sector en donde las mujeres son mayoría, no se haya escogido a ninguna de ellas, los perfiles de cada uno de los seleccionados llaman mucho la atención.
En primer lugar, el Dr. Eusebio del Cid fue miembro de la rama profesional del tristemente recordado Movimiento de Liberación Nacional, de ideología filofascista. Este galeno ni por aproximación califica como socialdemócrata. A lo largo de la reciente campaña electoral, estuvo siempre de la mano con el General Pérez Molina. ¿Qué pensarán de su designación los y las médicos que respaldaron con entusiasmo la candidatura de Colom, ahora que su candidato simplemente les ha dado una cachetada en la cara?
Pero no vale la pena detenerse en el largo y oscuro currículo profesional y político del primer Ministro designado, porque en la misma sede del Ministerio dio un traspié, se cayó y se lesionó severamente la pelvis, accidente que le impedirá asumir el cargo. De todas maneras, su breve nombramiento basta para evidenciar hacia dónde apunta la voluntad política del próximo Gobierno.
Por otro lado, los viceministros propuestos, son una joya en su conjunto. El Dr. López ha sido viceministro en dos ocasiones en los gobiernos de Arzú y de Berger y su actuación, junto con el segundo, el Dr. Luwing Ovalle, fue realmente pésima y en contra de los intereses del gremio médico nacional, al colocarse de forma inflexible, en contra de las justas demandas de este gremio por la salud de toda la población. Al Dr. Luwing Ovalle por otro lado, se le sindica como uno de los profesionales que se colocaron al frente de la represión que sufrieron los residentes, malgastó grandes cantidades de plata del Hospital General en seguridad y sobre todo, en el control del gremio que durante su ejercicio como Director de este hospital, fue tratado de forma indigna. Finalmente el Dr. Cerezo, primo del ex presidente Vinicio Cerezo, fue Presidente de la Junta Directiva del IGSS, en el período en que también se denunciaron malversaciones y robos a dicha institución
Con estos personajes sólo falta que el resto de cargos sean ocupados por los mismos corruptos funcionarios que han estado en el nivel central de Ministerio de Salud gozando de las granjerías que se obtienen al malversar los préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo. Es de presumirse que, entonces, todo quedará impune, y los 42 millones que se han logrado detectar como malversados, quedarán sellados bajo el candado de los nuevos funcionarios.
¿Por qué el nuevo gobierno ha tenido la necesidad de escoger a esta gente en la dirección de uno de los programas sociales más importantes para el desarrollo? ¿No existen otras personas y profesionales capaces? ¿Cuáles son los compromisos de Colom y de Espada con las fuerzas más conservadoras y oscurantistas de este país? ¿Será posible conducir un programa socialdemócrata en salud con personajes claramente comprometidos con el modelo neoliberal?
El 26 de diciembre el Coordinador Técnico del Plan de Gobierno de la UNE, Edgar Barquín, dijo lo siguiente: “No puede haber ninguna persona en el gabinete que no sea socialdemócrata”. Si esta afirmación fuera cierta, la capacitación de los funcionarios en salud nombrados de seguro va a llevar un buen tiempo, ya que en ninguno de los designados hay el menor atisbo de formación social o democrática. A no ser que ahora la social democracia esté dispuesta a abrigar bajo su techo a posiciones abierta y definidamente identificadas como de derecha, y comprometidas, así mismo, con el modelo neoliberal.
Pero, más allá de los nombres de las personas de derecha nombradas, lo preocupante es que representan, en su conjunto, un pensamiento político de derecha y antipopular, puesto al servicio del gran empresariado nacional y, peor aún, de las grandes transnacionales, sobre todo de la industria farmacéutica. ¿Dónde están ahí representados los intereses y derechos del pueblo?
El Presidente Colom, a lo largo de todas sus tres campañas electorales consecutivas, empleó un discurso en el que sostenía que iba a defender al pueblo, que iba a buscar mejorar el acceso y la calidad de los servicios públicos. Dijo estar a favor del pueblo maya, e incluso afirmó que su Gobierno sería “con rostro indígena y con olor a tamal de maíz”. ¿Dónde quedan, ahora, esas promesas?
Por los hechos políticos se puede fácilmente deducir que, a lo largo de esas tres campañas electorales consecutivas, Don Álvaro también fue adquiriendo fuertes y secretos compromisos con los sectores privados que se las financiaron, dentro de los que hay que mencionar al de la gran industria farmacéutica. Al parecer, esos otros compromisos si está muy dispuesto a honrarlos.
Al colocarse un equipo claramente de derecha al frente del Ministerio de Salud, se evidencia la voluntad del nuevo gobierno por desatender la creciente demanda social por mejores servicios de salud y asistencia social.
Tampoco los trabajadores y trabajadoras de la salud pueden esperar nada bueno de estos cargos designados y de estas políticas anunciadas. Eso, a pesar de que, en su mayoría, dieron su voto a Colom y a la UNE. Si por la víspera se saca el día, a los trabajadores y trabajadoras de la salud, así como a todos los ciudadanos y ciudadanas que forman parte de los sectores populares, en materia de salud, ¡que los agarren confesados!
¡La Lucha Sigue!
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