jueves, 31 de julio de 2008

Cuando el río suena, piedras trae...

Guatemala, 30 de Julio del 2008

¿Golpe de Estado?


Guatemala es, sin que quepa la menor duda, un país generador de sorpresas, en la mayoría de los casos ingratas. Los sectores que detentan el poder, tanto la derecha militar como la derecha empresarial, han hecho de las políticas encubiertas un arte desde la cual emanan, siempre, disposiciones contrarias a los intereses superiores y a los derechos básicos del pueblo. Son más las cosas que estos grupos mueven bajo su opípara mesa que aquellas que ventilan ante los ojos de la hambrienta opinión pública.

Esas prácticas obligan al pueblo y a sus legítimas organizaciones a aprender a leer entre líneas, a deducir, desde los hechos concretos, qué es lo que se esconde precisamente debajo de esa mesa sucia alrededor de la cual se sientan solamente las poderosas derechas. La intuición se ha convertido, así, en una práctica indispensable para no dejarse tomar por sorpresa.

Dos hechos significativos, acaecidos en los últimos dos días, llaman poderosamente la atención y, por su relevancia e implicaciones, no sería responsable dejárseles pasar inadvertidos:

1.- El llamado de AVEMILGUA:


La Asociación de Veteranos Militares de Guatemala, AVEMILGUA, ha sido, a lo largo de la historia reciente del país, la voz desde la que emanan las principales líneas políticas que adoptan las cúpulas castrenses.

Pues bien, hace un par de días circuló, a lo largo y ancho de Guatemala, un comunicado elaborado en papel oficial de AVEMILGUA y firmado por dos de sus más destacados generales golpistas, en el cual, sin más ni más, se llama al golpe de estado. Adjuntamos el texto íntegro de este comunicado y recomendamos su lectura, por cuanto consideramos necesario que las ideas que ahí se exponen sean conocidas por la opinión pública, a efectos de que el pueblo no se deje sorprender por hechos que puedan desprenderse desde semejantes argumentos.

En el texto del comunicado de los militares se entretejen con poca coherencia una sarta de mentiras, de medias verdades, de especulaciones y de interpretaciones antojadizas, a partir de las cuales llegan a conclusiones sumamente peligrosas para la vida nacional. En particular, peligrosas para el futuro de los sectores populares y de sus auténticas organizaciones.

En síntesis, los militares llaman al Ejército a dar un golpe de Estado y a proceder, entonces, a convocar a una Asamblea Constituyente. Coinciden, en ello, con el sueño que la derecha empresarial ha expresado infinidad de veces: acabar con la Constitución del 85 y crear condiciones para la formulación de un nuevo orden constitucional, diseñado al gusto exclusivo del modelo neoliberal. Es decir, construir una nueva Constitución Política en la cual los derechos empresariales se
antepongan a los derechos humanos.

Los grandes empresarios guatemaltecos, desde su CACIF y desde todos los foros a los que tienen amplio acceso, se la han pasado insistiendo respecto a la urgente necesidad de modernizar al país y otorgarle una nueva Carta Magna que responda a los requerimientos de un nuevo milenio. Tras ello, lo que se esconde es la voluntad de promulgar un marco jurídico en el cual sus intereses sean los únicos prevalecientes: una nueva Constitución que consagre el salario por productividad; que sirva a los propósitos del Libre Comercio; una Ley Superior que reduzca el tamaño y la presencia del Estado y genere condiciones legales para la privatización de los servicios públicos; un marco constitucional que permita que la voracidad y la avaricia de los grandes empresarios nacionales y de las empresas transnacionales devengan en entidades rectoras de la vida económica, social, política y cultural de Guatemala.

En consecuencia, las aspiraciones de la derecha empresarial coinciden plenamente con los planteamientos de la derecha militar presentes en el comunicado de AVEMILGUA.

Para lograr esos propósitos a ambos grupos, derecha militar y derecha empresarial, generar condiciones de ingobernabilidad les cae como anillo al dedo.

AVEMILGUA expresó, de manera oficial pero privada, que ellos no tienen nada que ver con el comunicado al que se ha hecho mención. Afirmaron que se trata de un apócrifo elaborado por desconocidos. En todo caso, aunque se tratara de un apócrifo, expresa posiciones que ya de previo han hecho públicas y que, además, ha generado reacciones que aproximan ese estado de ingobernabilidad que les conviene.

Desde nuestro análisis, este comunicado bien podría tratarse de una especie de globo de ensayo, con el cual lo que pretenden algunos es medir la reacción que se genere, tanto en el plano nacional como en el internacional. Lo interpretamos así por cuanto, si los militares realmente estuvieran dispuestos a dar un golpe de Estado en lo inmediato, lo que menos harían sería anunciarlo. Simplemente lo darían, como lo han hecho en reiteradas ocasiones anteriores.

Se trate o no de un documento oficial de AVEMILGUA, lo cierto es que en sus contenidos destila el pensamiento de los militares de línea dura y, en su estilo, los refleja plenamente. Por otra parte, en sus términos, intencionalidad y espíritu, es también coincidente con el comunicado que, en la misma fecha, hizo del dominio
público la Coordinadora Nacional del Agro, CONAGRO, que representa a uno de los sectores más conservadores y retrógrados del CACIF.

Por lo pronto, ya hay reacciones concretas que, aunque se afirme lo contrario, se desencadenan a partir de los planteamientos del comunicado de AVEMILGUA, y ese es el segundo hecho concreto que debemos analizar y al que debemos referirnos.

2.- Los cambios en los principales mandos militares:

De manera sorpresiva ayer, en horas de la tarde, el Presidente Colom procedió a destituir a los principales mandos militares. Para mejor proveer, se adjunta la información que, al respecto, en la edición de hoy hacen pública los matutinos Prensa Libre y El Periódico.

Los cambios incluyen cargos de importancia estratégica, como al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, al Inspector General del Ejército, al Comandante de la Brigada Mariscal Zavala, al Jefe del Comando Superior de Educación del Ejército y a la Comandancia de la Guardia Presidencial. Estos cambios, hechos de manera abrupta, imprevistos, sin previo aviso, rompen con la tradición militar de que se realicen en días ya predefinidos y obedezcan a una voluntad consensuada entre las cúpulas castrenses y empresariales, en coincidencia con el Poder Ejecutivo.

Llama poderosamente la atención el hecho de que entre los nuevos mandos designados por Colom destaquen militares cercanos al Partido Patriota, lo que lleva a pensar en la adopción secreta de convenios o acuerdos entre la UNE y el Patriota, forjados, obviamente, por debajo de la mesa.

En cualquier caso, las nuevas jefaturas designadas no representan, en absoluto, un remozamiento positivo en los altos mandos de las Fuerzas Armadas. Por el contrario, más bien indican un reposicionamiento de los militares de línea dura, por cuanto los nombrados son iguales o peores que los destituidos.

Flaco favor le hace Colom al país al entregar importantes segmentos del poder precisamente a quienes apuntan hacia la creación de condiciones que les permitan romper con el orden constitucional y forjar, a partir de ello, una Guatemala cortada a la medida de sus codicias sin límites y sus ambiciones desmedidas. Ha procedido a meterle a Guatemala un alacrán debajo de su camisa.

Iduvina Hernández, citada por Prensa Libre, expresa que estos cambios, además de atípicos y abruptos, reflejan el temor del mandatario por un golpe de estado. En el FNL pensamos que esas apreciaciones tienen fundamento.

Es evidente que el país se encuentra hoy colocado ante una poderosa ofensiva conservadora, reaccionaria, de derecha, que no busca otra cosa más que consolidar el poder del que ya disfrutan para su exclusivo provecho. En esta ofensiva, la derecha militar y la derecha empresarial actúan estrechamente concatenadas, bien articuladas, a una sola voz y entonando la misma canción.

Tanto el comunicado de AVEMILGUA como las destituciones y nombramientos en los altos mandos militares contribuyen a agudizar las contradicciones propias de una coyuntura nacional marcada por el sello de la incertidumbre y de la ausencia de claridad en el rumbo que habrían de emprender las políticas públicas. El Gobierno de Colom, quizás de manera conciente o tal vez sin siquiera percatarse de ello, con sus ambivalencias se ha convertido en un aliado natural de los sectores más duros y retardatarios de la derecha.

Es obvio que una ruptura del orden constitucional solamente favorece los derechos e intereses de quienes hoy detentan el poder, así como los de las grandes corporaciones transnacionales. De materializarse semejante pretensión, sin la menor duda el pueblo resultaría el gran perdedor. La actual correlación de fuerzas políticas conduciría a la conformación de una Asamblea Nacional Constituyente predominantemente de derecha, desde la cual emanaría una propuesta en la cual los únicos intereses presentes serían los de los sectores reaccionarios que, cuando menos desde 1954, han ido conduciendo al país al borde mismo del abismo.

En consecuencia, en el actual contexto defender la institucionalidad deviene en objetivo estratégico de las organizaciones populares conscientes. No se trata de defender al Gobierno ni, mucho menos, de defender a Colom, sino, para que se entienda correctamente, de luchar por preservar la institucionalidad del Estado y evitar que las pretensiones malsanas de las derechas lo destruyan y abran paso a otro diferente, construido exclusivamente a su imagen y semejanza.

La posibilidad de que en el país se produzca un golpe de estado desde las derechas está pues, en la orden del día. Es obligación de las organizaciones populares el empeñar sus mejores esfuerzos por impedirlo.

Desde el Frente Nacional de Lucha llamamos a las bases de las organizaciones miembro, así como a la población en general, a mantenerse alerta ante los hechos que hemos mencionado. Los sectores populares somos mayoría y, como tal, debemos vernos como actores definitorios de los rumbos por los que deberá transitar Guatemala.

Instamos al Estado y a sus instituciones a no permitir que la crisis siga agudizándose hasta llevarnos a un punto de ingobernabilidad, como para su beneficio lo pretenden las minorías de derecha. El Poder Ejecutivo debe garantizar la gobernabilidad y hacerlo en función de los derechos e intereses del pueblo. El Poder Legislativo debe aprobar leyes que garanticen la preservación del orden constitucional vigente y que, además, salvaguarden los derechos del pueblo. El Poder Judicial debe garantizar la prevalencia de la justicia y, con ello, el fin de la impunidad, incluida la impunidad de la que gozan los sectores militares y empresariales golpistas y ladrones. Y el Poder Electoral debe asegurarse que, como nación, se llegue sin dudas ni tropiezos a un nuevo proceso electoral en la fecha que corresponde.

Invitamos a la comunidad internacional a que, con carácter de urgencia, exprese su firme rechazo ante la posibilidad de que en Guatemala se materialice un nuevo golpe de estado. Los gobiernos y organizaciones progresistas del mundo deben manifestar cuanto antes y con energía su repudio ante semejante posibilidad.

¡LA LUCHA SIGUE!

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Prensa Libre, 30 de Julio del 2008

Álvaro Colom releva al jefe del EMP

El general Hugo Fernando Say Mutz pasa a situación de retiro, según disposición del Gobierno.


Por ricardo quinto

Cinco relevos, entre ellos el jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP), se registraron ayer en la cúpula militar.

Con el argumento de querer “armonizar el equipo de la Defensa”, el presidente Álvaro Colom anunció la remoción del jefe del EMP, general Hugo Fernando Say Mutz.

El sustituto de Say Mutz es el general Ronald Mauricio Illescas García, quien fungía como comandante de la Brigada Militar Guardia de Honor.

También fue removido el general Julio Roberto Villagrán de León del cargo de Inspector General del Ejército, en su lugar asume el general José Luis Barrientos Paau.

El coronel Manuel Morales Álvarez fue nombrado comandante de la Brigada Mariscal Zavala, en sustitución del coronel José Otoniel Trejo Lemus.

Además, en el Comando Superior de Educación del Ejército llegó a la jefatura el coronel Rodolfo Armando Contreras Paniagua en lugar de Barrientos Paau.

El quinto relevo se dio en la Comandancia de la Guardia Presidencial, que ahora es ocupada por el coronel Douglas Alberto González Monzón en vez del coronel Luis Alberto González Pérez.

Cambios atípicos

Iduvina Hernández, directora de la agrupación Seguridad en Democracia, considera que los cambios son “atípicos y abruptos”.

Además, supone que “los cambios evidencian el temor del mandatario por un golpe de Estado”.

“Históricamente, la Guardia de Honor y el Mariscal Zavala han sido claves en el éxito o fracaso de un golpe de Estado”, opinó Hernández.

Perfil
Sustituto


Hoja de vida del general Ronald Mauricio Illescas García:

• Nació el 25 de agosto de 1955.
• 23 años, 1 mes y 23 días de servicio
• Jefe de Negociado del Estado Mayor de la Defensa Nacional
• Director de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa Nacional
• Comandante de la Brigada de Paracaidistas
• Agregado militar en Brasil
• Comandante de la Brigada Mariscal Zavala
• Comandante de la Policía Militar Guardia de Honor

Frase
“Huele a golpe de Estado”


Iduvina Hernández, directora de Seguridad en Democracia (Sedem), aseguró que los cambios que realizó el presidente Álvaro Colom evidencian el temor por un golpe de Estado, gestado desde el Ejército.

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El Periódico, 30 de Julio del 2008

Colom releva a miembros del alto mando del Ejército


El mandatario retiró de sus cargos a Hugo Tzay Mutz, ex jefe del Estado Mayor de la Defensa, y a Roberto Villagrán de León, Inspector General del Ejército.

Por: Alejandro Pérez
Foto: Walter Peña
Colom y Espada, al momento de anunciar los cambios y las rotaciones en la cúpula militar.

Rotaciones

>Manuel Morales Álvarez asume como comandante de la base Mariscal Zavala, sustituyendo a José Ottoniel Lemus Trejo, quien pasa a formar parte de los cuadros móviles.

>Rodolfo Armando Contreras Paniagua toma el Comando Superior de Educación del Ejército, en sustitución de José Luis Barrientos Palau, el nuevo inspector general del Ejército.

>Douglas Hernández Monzón queda como comandante de la Guardia Presidencial, sucediendo a Alberto González Pérez, quien fungirá en cuadros móviles.

El presidente Álvaro Colom calificó de coincidencia la notificación de retiro presentada por el titular del Ministerio Público (MP), pues el Gobierno había planificado para ayer la destitución de dos altos funcionarios del Ministerio de la Defensa.

Los militares despedidos son Hugo Tsay Mutz, jefe del Estado Mayor de la Defensa, y Roberto Villagrán de León, inspector general del Ejército.

Colom señaló que la decisión se tomó después de un análisis formulado con el ministro de la Defensa, Marco Tulio García.

El puesto de Say será ocupado por Mauricio Illescas García, ex jefe del Estado Mayor Presidencial, mientras que José Luis Barrientos Palau fungirá al frente de la Inspectoría General.

Según el Presidente, el único motivo es un acomodamiento dentro de esta entidad del Estado, y un fortalecimiento dentro del alto mando. Villagrán será reasignado después de una evaluación del Ejército, y Tsay será retirado de la entidad.

Fuentes cercanas al Presidente identificaron a los dos funcionarios retirados del cargo como personas cercanas al Secretario de Asuntos Administrativos de Seguridad (SAAS), Carlos Quintanilla.

Illescas habría sido designado también por Quintanilla para el cargo de Comandante de la Guardia Presidencial, que ocupó hasta ayer.

Quintanilla ya ha visto a varios miembros de su grupo ser excluidos de la administración pública. El pasado 4 de julio, el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, removió a Raúl Arandi de su cargo como viceministro de Apoyo Comunitario y a Alfredo Ruano, entonces jefe del Comando Antisecuestros. Ambos fueron recomendados por Quintanilla.

Más cambios en el Ejército

El secretario de prensa del Ministerio de la Defensa, Jorge Ortega, señaló que hay otros cambios que ya fueron efectuados. Agregó que se trata de una actividad normal de rotación y que, a diferencia de Tsay, estos oficiales permanecerán en cuadros móviles hasta que se les asigne una nueva función.

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