lunes, 17 de septiembre de 2007

Contexto nacional tras la primera ronda I

Ya pasó, por fin, la primera ronda del proceso electoral, cuyo desarrollo concentró la atención nacional a lo largo de los últimos meses. Y, ahora, tras esos resultados iniciales, la pregunta general es, como país ¿qué puede esperarse?

En respuesta a este interrogante, deben destacarse tres hechos concretos, cada uno de ellos vinculados directa e indisoluble con la agenda que nace desde los Acuerdos de Paz y, por ende, con las posibilidades de construir, en Guatemala, un modelo de sociedad más digna, más justa y más humana:


1.- Las derechas preservan su poder real:

La estructura de poder real existente en Guatemala, (cuya hegemonía, ejercida a lo largo de décadas, ha construido cada una de las piezas del rompecabezas que conforman la compleja trama de la realidad nacional), no cambia en absoluto:

• Los sectores minoritarios pero poderosos que ejercen el poder económico en el país no sufren ningún tipo de alteración y podrán, en consecuencia, darle continuidad al disfrute e incluso a la profundización de todos y cada uno de sus múltiples privilegios.

• De igual manera, el poder militar o armado, que reposa en manos también de minorías excluyentes, se mantiene intacto, controlado por los mismos actores de siempre, con estrategias que no sufren modificaciones sustantivas.

• Y el control hegemónico del poder ideológico, es decir, de la capacidad de influir de manera determinante sobre la forma en la que el pueblo piensa y actúa, de difundir solamente lo que conviene a sus intereses, de elevar al nivel de reglas de comportamiento social sus propios valores, actitudes y prácticas, tampoco varía en absoluto.

Estos factores mencionados implican, de manera real, que los planteamientos presentes en la agenda de la paz, para materializarse, tendrán entonces que continuar nadando contracorriente.

Sobre todo porque esas derechas, tanto la cúpula empresarial como la militar, estimuladas por su victoria electoral, la emprenderán ya no sólo en perjuicio de los sectores más pobres de nuestra sociedad, sino que incluso plantean planes y programas que lesionan de manera severa los intereses de las capas medias.


2.- Seguiremos subordinados a voluntades externas:

La subordinación de la soberanía nacional ante la voluntad de actores externos, principalmente ante la codicia sin límites del imperio y de las grandes transnacionales, continuará determinando la política exterior del país y sus relaciones internacionales:

• Guatemala seguirá siendo parte del Tratado de Libre Comercio, cuyos planteamientos económicos dificultan e inhiben las posibilidades de fortalecer el papel rector del Estado, sobre todo en el campo de la prestación de servicios públicos esenciales y en la promoción del desarrollo humano e integral.

• El país continuará determinando su concepción y práctica del desarrollo a partir de los preceptos contenidos en el Plan Puebla Panamá, los cuales guardan una relación antagónica con los que se establecen en los Acuerdos de Paz.

• El Plan Maya Jaguar seguirá imponiendo sobre el país un amplio conjunto de políticas militares que, bajo el argumento del combate al narcotráfico y al terrorismo, más bien apuntan hacia el fortalecimiento de mecanismos de represión y de control social.

La conjugación de estos convenios y programas internacionales, de los cuales Guatemala es parte, lleva implícita la implementación de políticas totalmente contrarias con lasque se establecen en los Acuerdos de Paz y en la agenda nacional derivada de los mismos.


3.- Se ratifica el neoliberalismo:

La agenda neoliberal, rica en contenidos antipopulares, se consolida como corriente rectora del desarrollo dominante en el país.

• De hecho, los programas de gobierno que han hecho público cada uno de los partidos políticos que pasan a la segunda ronda son plenamente coincidentes respecto a la visión de desarrollo económico, social, político y cultural que debe promoverse desde el Estado y sus instituciones. En ambos casos, la línea conductora califica, a todas luces, como neoliberal.

• Los dos partidos políticos que disputarán la segunda ronda han coincidido, también, en establecer que sus políticas de gobierno marcharán a tono con los principios y propuestas propios del Plan Visión de País, que apuntan hacia la continuidad de la privatización de servicios públicos esenciales, hacia un modelo de desarrollo agrario basado en la concentración de la tierra, hacia la reducción del gasto público y el adelgazamiento del Estado, en fin, hacia la consolidación del modelo neoliberal en todos los campos del quehacer nacional.

• También en ambos casos, los dos partidos coinciden en mencionar los Acuerdos de Paz en cada párrafo, aunque lo que proponen les sea antípoda. Tergiversan a niveles absurdos lo que los Acuerdos proponen, al punto de que terminan por atribuirles intenciones que son totalmente contrarias a lo que inicialmente se pretendía. Esta manipulación sólo puede calificarse como malintencionada.

Ante estos hechos, desde el Frente Nacional de Lucha ratificamos nuestra voluntad de defender los derechos del pueblo, de acompañarlo en las inevitables luchas que vendrán y de empeñar nuestros mejores esfuerzos por crear organización, por desarrollar conciencia y por generar compromiso de lucha en el seno de nuestro pueblo y de sus legítimas organizaciones.

Gane quien gane esta segunda ronda, en Guatemala,

¡La Lucha Sigue!

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