En la primera parte de este documento, publicada tanto a través de la red como en el blog del FNL un par de días atrás, planteábamos tres consideraciones que, a nuestro juicio, sintetizan los principales elementos que surgen de los resultados emanados tras la primera ronda electoral, contra los que, como organizaciones populares, tendremos que prepararnos para dar una fuerte lucha. Estos son, en resumen, los siguientes:
1.- Las derechas preservan su poder real.
2.- Seguiremos, como país, subordinados ante voluntades externas.
3.- Se ratifica el neoliberalismo como corriente dominante.
El hecho de que en los años venideros los sectores populares del país nos veamos colocados inexorablemente ante una derecha fortalecida, más sumisa aún frente a los mandatos del imperio y fiel promotora de todas las corrientes anti-populares que emanan desde el más crudo neoliberalismo, se constituye en un reto de no poca magnitud y como tal debe asumirse.
Ante ese panorama, en el futuro inmediato la defensa de los derechos del pueblo tendrá que abordarse aún con mayor dinamismo y energía, con mayor espíritu unitario y de lucha.
Ahora bien, de cara precisamente a ese impostergable reto, la jornada electoral, cuya primera ronda ya concluyó, deja también un conjunto de resultados cuyo saldo, si se sabe potenciar, puede favorecer las luchas futuras que se emprendan desde el seno de las organizaciones populares. No se trata, por lo tanto, de hechos consumados, irreversibles, sino más bien del inicio de procesos innovadores, todavía embrionarios, cuyo desarrollo y consolidación dependerá de las capacidades propias de sus principales actores, de la madurez con la que se aborde cada uno de ellos y de la existencia de auténtica voluntad política para concretarlos. Entre estos, a nuestro juicio, destacan los siguientes:
1.- Unidad entre organizaciones populares y fuerzas partidarias de izquierda.
Como un hecho innovador en la vida política nacional, la campaña electoral abrió un espacio a la articulación entre fuerzas político partidarias de izquierda y las bases de las organizaciones populares. La alianza que se dio en el ámbito del Movimiento Amplio de Izquierda, MAIZ, que en la práctica fue, sobre todo, una alianza entre las organizaciones que forman parte del FNL y las estructuras partidarias de URNG, se constituye en un valioso precedente que debe profundizarse. Otras instancias organizativas, que también son integrantes de MAIZ, aportaron a la campaña en la medida de su voluntad y de sus capacidades.
La alianza entre las organizaciones populares y las estructuras partidarias de cara a lo electoral tuvo, a nivel de país, un desarrollo heterogéneo. Allí donde se logró mayor cohesión entre ambas, los resultados fueron superiores a aquellos lugares en los que esta articulación no se materializó.
Son de aplaudir la dedicación y el esfuerzo aportado por diversas organizaciones populares a lo largo y ancho del país, entre las que cabe destacar las siguientes:
• por las organizaciones campesinas, especialmente CODECA y el Movimiento Campesino por la Dignidad cuya participación se materializó en las respaldadas candidaturas de Mauro Vay y de Maco García;
• por diversas organizaciones del pueblo maya, sintetizadas en el papel destacado y digno jugado por la compañera Lolita Chávez como candidata en el Quiché;
• por las organizaciones estudiantiles de secundaria, que plantearon la candidatura de nuestro dirigente Calixto Morales;
• por múltiples organizaciones de mujeres expresadas sobre todo tanto en la candidatura de nuestra compañera Walda Barrios como, de nuevo, en la de Lolita;
• y, claro, por las organizaciones sindicales, puestas de manifiesto a través de las candidaturas de Luis Lara, Dora Regina Ruano, Alberto Boj, Carlos Hernández, Manfredine Golcher, Alex Salazar y varios otros dirigentes gremiales.
Debe destacarse, con mayúsculas, el denodado y ejemplar trabajo cotidiano entregado por Alfredo De León y su equipo en el ámbito metropolitano. No tuvieron ni la menor duda al momento de realizar todas y cada una de las tareas que el trabajo electoral les iba poniendo en el camino.
Con las menciones anteriores sabemos que corremos el riesgo de excluir a instancias organizativas o a personas que, con su práctica, acumularon méritos que ameritarían que se les mencionara específicamente. No es el propósito del FNL el de excluir a nadie en absoluto, sino, simplemente, el de señalar ejemplos notorios.
En todo caso, de cara al futuro, el proceso de desarrollo de esta alianza necesaria, en época no electoral, implica para esas estructuras partidarias el vincularse estrecha e indisolublemente a las luchas del pueblo y a su vez, para las organizaciones populares, el darle continuidad a su ruptura con el discurso de neutralidad electoral, de no participación en ese inevitable ámbito ideológico.
Las organizaciones populares que realmente luchan al lado del pueblo y de sus legítimos intereses tenemos todas, sin excepción alguna, que definirnos de izquierda y actuar en consecuencia con esa definición.
Debemos difundir entre las bases el pensamiento revolucionario y promover actitudes y prácticas que le den vida. No caben ahora paños tibios ni medias tintas. Sólo es posible estar con el pueblo desde las filas de la izquierda. Sólo se puede construir un mundo mejor desde una posición revolucionaria y ese es, en esencia, nuestro compromiso.
¡La Lucha Sigue!
Post Data: El documento “Contexto Nacional tras la primera ronda” se desagrega en varias entregas, de las cuales esta es apenas la segunda. En los próximos días estaremos circulando las siguientes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario