Guatemala, 20
de
Octubre 2016
Vigencia de la
Revolución de Octubre
“Guardad
lo que tanto ha costado. Diez años de lucha, de lágrimas, de sacrificios y de
conquistas democráticas, son muchos años, como para contradecir a la historia.”
Jacobo
Árbenz 1954
Hoy más que nunca,
Guatemala necesita rescatar las conquistas de las Revolución de Octubre de 1944
y de los Acuerdos de Paz de 1996. A 72
años de la gloriosa gesta en la que el pueblo se rebeló valientemente contra
las dictaduras, el contenido de la revolución sigue vigente. La historia ha demostrado que quien olvida y
desconoce su propia historia, está condenado a repetirla y en riesgo de
retroceso en la conquista de sus derechos.
Hoy vivimos en una
apariencia de democracia. Una democracia
formal que si bien permite elecciones cada cuatro años, igual permite que
luchadores sociales y sindicalistas sean perseguidos, encarcelados o
asesinados.
Una falsa democracia
que permite el despojo una y otra vez en contra de los Pueblos de sus propios
territorios para saciar la ambición desmedida de las empresas extractivas. Se tiene frente a ello, un Estado que no solo
permite esto, sino que coloca a las fuerzas de seguridad y los juzgados del
lado de las empresas nacionales y extranjeras y en contra de su propio pueblo a
quien está llamado constitucionalmente a proteger.
Es en efecto, una
falsa democracia, la que implica que el país sea el país en el continente con
mayor desigualdad hacia las mujeres; uno de los países considerados más
peligrosos en el mundo para la organización sindical; el país en donde la mitad
de su infancia padece desnutrición crónica y en donde la educación, la salud y
la seguridad llega solo al que puede pagar por ella.
Pero no se trata solo
de esta situación que de por sí ya es grave.
Se trata de la proyección y el grave peligro que implican las
intenciones de retroceder vergonzosamente 72 años.
El IGSS está siendo
colocado como botín de las empresas privadas de salud y de seguros. El desabastecimiento, la falta de presupuesto
en salud y educación no dejan de ser tácticas para desesperar a la población
para que al final acepte a fuerza de desgaste, la privatización de los servicios
públicos. En esto, los únicos ganadores
serían los empresarios privados, no el pueblo de Guatemala. Basta ya de una apología a la empresa privada
que ha demostrado ser igual o más corrupta que cualquier funcionario
público. La corrupción no sucede solo de
un lado de la billetera, tan corrupto es el que pone la mano como el que
extiende la comisión o busca las prebendas.
Una iniciativa privada que se queja lastimeramente del Estado pero que
ante cualquier crisis o necesidad de privilegios corre a servirse de él.
Hoy en día, debemos
defender las conquistas de la Revolución de Octubre, los derechos humanos,
laborales, el derecho a la tierra y territorios. Los bienes naturales no deben ser botín de
empresas pues representan la vida y la sostenibilidad.
Nos oponemos a
cualquier intento de privatización de los servicios públicos, a cualquier
intento de retroceso en las conquistas laborales, de los pueblos y de las
mujeres.
Hacemos un llamado a
la población en general a gestar la unidad tan necesaria en estos momentos para
hacerle frente al proyecto neoliberal que amenaza nuestras vidas, nuestra
dignidad y soberanía.
El verdadero
patriotismo, el verdadero amor a Guatemala se demuestra luchando por la defensa
de la vida, los servicios públicos y los bienes naturales.
¡Viva la Revolución de
Octubre!
¡La Lucha Sigue!