¡Un triunfo popular que habrá que consolidar!

Puede ser que la codicia de las transnacionales quiera arrebatárnoslo

Ayer, Viernes 4 de Abril, un Tribunal otorgó amparo definitivo al recurso que la Procuraduría de Derechos Humanos interpuso ante el alza en la tarifa eléctrica. A partir de ello, el alza a la luz es ilegal y los recibos que la contemplen son, también, ilegales.

Esta definición del Tribunal, apegada a la Ley, debemos considerarla un relevante triunfo popular, que da la razón a los miles y miles de ciudadanos y ciudadanas que, a lo largo y ancho del país, han elevado su voz para oponerse al alza en el costo de la luz y para exigir la nacionalización de la energía.

Hace unas semanas, este mismo recurso recibió un amparo provisional, que en tiempo récord fue invalidado por la Corte de Constitucionalidad. Es decir, que la Corte se doblegó ante los poderosos y, en lugar de responder a la letra y al espíritu de la Ley, más bien optó por favorecer a quienes creen que, porque pagan la música, mandan el baile. Poderoso Caballero es Don Dinero.

Es muy probable que este nuevo amparo, ya otorgado de manera definitiva por los tribunales, también lo apelen ante la Corte de Constitucionalidad para que lo revierta, razón por la cual la población debe estar alerta para impedir que esta victoria nos sea escamoteada de nuevo.

Debemos consolidar el triunfo popular, para lo cual es preciso que mantengamos las capacidades organizativas y de movilización que caracterizan la voluntad combativa de nuestro pueblo.

Está claro que, si en un solo recibo de la luz, se aplica el alza, ese recibo será ilegal. Será el equivalente a un intento de robo.

Vamos, pues, ganando esta batalla. Pero no debemos cantar victoria ni descuidarnos, porque quienes quieren seguir acumulando cada vez más y más ganancias a costillas del hambre del pueblo de seguro no duermen por estar pensando cómo darle la vuelta a lo legal para beneficiar sus egoístas ambiciones.

Debemos saber, además, que todavía nos falta conquistar otro triunfo: la nacionalización de la energía. Es la otra batalla de la que, como en la del rechazo al alza, también vamos a salir vencedores.

Cuidemos, entonces, este primer logro, y cerremos filas para alcanzar el segundo.

Todas las legítimas organizaciones populares, todos los ciudadanos y ciudadanas que aspiren a vivir en una Guatemala justa, digna y humana, debemos cerrar filas para que no nos quiten esta victoria. Y para que, más pronto que tarde, saquemos del país a Unión FENOSA y a cualquier otra empresa que quiera robarle al pueblo su dignidad y sus derechos.